miércoles, 4 de mayo de 2011

EL TIGRE QUE BALABA

Cuento hindú
Había en la India una tigresa preñada que, hambrienta, buscaba alimento. Vio un rebaño de ovejas y se abalanzó sobre ellas. Debido a la carrera, y dado su estado, se puso de parto pero, como consecuencia del esfuerzo realizado, murió.
El tigrecito nació huérfano y, en medio del rebaño de ovejas, fue adoptado por ellas. El cachorro aprendió a caminar, a comer y a balar como las ovejas…
Aprendió también, mientras crecía, a sentirse víctima, a lamentarse, a echarles la culpa a los demás por sus penurias, tal como hacen las ovejas. Así transcurrieron dos años sumamente apacibles; pacía y balaba, ignorando por completo su verdadera identidad.
Un día, un gran tigre atacó y dispersó al rebaño. De pronto se quedó estupefacto al ver, entre las ovejas, a un joven tigre que caminaba, comía y balaba como una más.
Se dirigió a él y le preguntó desconcertado:
¿Por qué te comportas como una oveja, si eres un tigre?
Pero el tigre-oveja baló asustado. El tigre empujó al joven hacia un estanque y lo forzó a mirar su reflejo en el agua mientras le decía:
¡Mira!, no eres una oveja, eres como yo, eres un tigre. Eres responsable de tu destino; eres el cazador, no la presa, y tienes la fuerza, el coraje, la libertad y la majestad del tigre.
Entonces, el tigre dio un rugido inmenso que aterrorizó al joven. ¡Ahora, ruge tú!, le pidió al excitado tigre-oveja.
Sus primeros intentos fueron patéticos, a medio camino entre un balido y un gemido.
Sin embargo, bajo la tutela del adulto, y en poco tiempo, desarrolló su verdadera naturaleza y aprendió a rugir...
Pero seguía creyéndose una oveja, y cuando el adulto le dio un trozo de carne ni siquiera quiso probarla, hasta que éste se lo ordenó. Asustado, el joven la probó y, en ese momento, la carne cruda desató sus instintos más ocultos y reconoció súbitamente su propia identidad. 

Moraleja
Eres el único responsable de tu vida. Ante las situaciones y desafíos que se te presenten, puedes elegir ser una oveja, a merced de las circunstancias, o un tigre, que decide hacerles frente. ¿Quién eliges ser?

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