domingo, 7 de agosto de 2011

SOMALÍA MERECE UN NUREMBERG

Hace unos días fue entrañable ver cómo se volcaba todo el mundo con Somalia. En Twitter no hubo famoso que no demostrara su buena voluntad ayudando a hacer de las expresiones #ayudaafrica y #vergonzantehambruna las más citadas en España. Gracias a Twitter hemos encontrado una vía aún más inmaculada de demostrar que nos parece mal que haya gente que salga en el Telediario pasando hambre: ya no hace falta ni enviar un SMS a un número de cuatro cifras, ni mucho menos acercarse a la sucursal bancaria a dar mil tranquilizantes pesetas.
Cuentan las ONGs que las donaciones para Somalia han sido muy inferiores a las de otras situaciones dramáticas incluso durante la crisis. Por supuesto no podemos esperar que las instituciones públicas den nada porque están acordando techos de gasto y el que quepa bajo ese techo se destinará a rescatar cajas, bancos o bankos, que de todo hay. De mandar ayuda a Somalia serán tropas militares, que es la forma que tenemos últimamente de exportar democracia y pan.
Con todo, lo más irritante es la aparición del hambre en Somalia como un fenómeno meteorológico. Ayer fue un terremoto, otro día un huracán y ahora lo que ha sucedido es una hambruna: el hambre que ya había en Somalia se ha elevado hasta superar la amenaza al 30% de la población que por lo visto es el listón que hace que hablemos de hambruna y que permite a un país aparecer en los informativos veraniegos si no hay un asesino en Europa o una encuesta del CIS que le quite el protagonismo.
Como contaba el otro día Juan Carlos Escudier Somalia en los años 70 era autosuficiente en alimentación. Pero uno de esos maravillosos planes del FMI (de los que ahora se aplican a países europeos y decimos que los rescatan) obligó a que las ayudas se convirtieran en una modificación de la agricultura local pasando a importar grano en vez de a promocionar la agricultura autóctona. Desaparecido el grano local e incrementados en los últimos meses los precios del grano a importar, la prima de riesgo de hambre, se puso por las nubes. Si añadimos que nuestra única preocupación en Somalia era que no molestaran a los barcos que nos traen pescado del Índico y mantener su guerra como una de esas costumbres africanas tan arraigadas en la que unos son buenos y otros malos sin más, tenemos el cuadro hecho para que a la primera sequía no exista ninguna capacidad para que el hambre no haga estragos.
El hambre no ha acompañado a una parte importante de la humanidad siempre. Es algo relativamente reciente y es la consecuencia de un modelo. Para que el capitalismo funcione tiene que haber ricos y pobres. Y para que los ricos sigan mejorando los pobres tienen que comprar lo que venden los ricos. El capitalismo es un crimen. Y en Somalia hubo gente que concretó ese crimen generándoles unas obligaciones que traían todas las condiciones para terminar en hambre a la primera sequía importante que hubiera.
¿Queremos una expresión para hacer trending topic en Twitter? Mi propuesta es #responsablesalTPI, responsables al Tribunal Penal Internacional. Que se identifique a quienes impusieron esas condiciones, a los responsables concretos del FMI y Banco Mundial y se les juzgue por crímenes contra la humanidad.
Lejos de mirar hacia atrás y rectificar, sólo el Banco Mundial se ha puesto en marcha en Somalia. Con sorprendente coincidencia titulaban muchos medios hace unos días “Somalia conmueve al Banco Mundial“. Como en los 70, les prestamos un dinerito que tendrá unas contraprestaciones: acaso sean comprar con ese dinero el pescado que protegen nuestras fragatas frente a sus costas. Alguna canallada parecida marca de la casa les habrán incluido en el crédito. Pero eso nadie nos lo cuenta no vayamos a pensar que la conmoción del Banco Mundial no merece un Trending Topic.
...

No hay comentarios:

Publicar un comentario