sábado, 18 de febrero de 2012

RIQUEZAS Y ABUNDANCIA DE LA TIERRA

Sus vidas han sido bendecidas con las riquezas y abundancia de la Tierra, y sin embargo le dan las espaldas, en su desprecio, usando sus propios métodos de cultivo en vez de los de la naturaleza. La Madre Natura siempre ha producido una abundante cosecha para todos los que trabajan con ella utilizando las Leyes Naturales de Rotación y la Ley Natural de entregarle al suelo su propio mando y dejarle recuperarse y restaurar sus nutrientes. Al plantar continuamente los mismos cultivos una y otra vez, dosificados con fertilizantes y químicos tóxicos, ustedes matan a los ricos nutrientes de la Tierra, dejando cultivos desprovistos de nutrición y desprovistos de Fuerza Vital.
La gente de antaño siempre trabajó con los Devas, los Guardianes del suelo, al trabajar juntos, y permitir a la Tierra misma manejarse y tomar sus decisiones para los cultivos plantados, el rendimiento siempre fue grande, no, enorme, y desbordaba con la fuerza de la vida pulsando a través de cada átomo. Es esta fuerza vital en cada átomo y célula, esta pulsación, este avivamiento... que es el Elixir Inmortal de la vida. Es el secreto para permanecer “eternamente joven”.
Los Devas están regresando la Tierra tras una larga ausencia y están silenciosamente ayudando aquellas pocas personas que están recurriendo a ellos, para reconstruir al suelo con los nutrientes que enriquecen la vida, y nutren y sustentan las células en nuestros cuerpos humanos. Los Devas son seres gloriosos que quieren trabajar con todos los humanos, sea que cultiven o no, o sólo hagan jardinería. Ellos quieren volver al compañerismo con ustedes, para que toda la gente pueda aprender la magia del suelo, la magia de plantar y cosechar nuevamente, la magia de cultivar sus propias comidas, en su propia localidad, para su propio consumo. Los alimentos que les son enviados desde otras localidades, desde estados lejanos, no vibra con sus entornos locales o su propio pulso particular de vida.
Todo es un reflejo de sus entornos inmediatos, inclusive sus auras que los rodean, y todo lo que ustedes tocan o está cerca de ustedes levanta sus átomos pulsantes, y estos átomos se tornan parte del suelo y parta de la vibración de todo lo que cultivan. ¿Entonces no piensan que estarían más sanos absorbiendo sólo aquellos átomos vibrantes en su comida que originan desde su propio ser y desde la comunidad con la que vibran, en vez de una localidad con la que están fuera de sincronía? Hay tanto de que pensar aquí, y tanto para entender acerca de la naturaleza de la vida, y cómo todos nos adaptamos a la localidad particular en la cual vivimos y cómo nos convertimos en esa localidad. Somos el entorno en el cual vivimos, al igual que muchos de los cultivos nuestros.
Es confuso para las células de sus cuerpos estar ingiriendo comidas cultivadas fuera de su localidad inmediata, porque no resuenan con sus estilos de vida, sus pensamientos, o sus sentimientos. Por lo contrario, ustedes se impregnan de y en realidad comen los pensamientos y sentimientos de otras personas y éstos se convierten en los suyos, sin conocer el peligro y la incompatibilidad que esto trae a su sistema digestivo y el funcionamiento general de todos sus órganos, todas sus hormonas de crecimiento, todas sus glándulas y todo los que los hace a ustedes—ustedes. Ingerir los pensamientos de otra gente produce miedos y fobias que ni siquiera eran suyos, y luego se preguntan de dónde vino todo esto.
Sepan que a fin de tener cuerpos fuertes y saludables, necesitan alimentarlos sólo con comidas de sus propias comunidades locales. Esto resaltará su fuerza vital y traerá equilibrio a sus pensamientos y sentimientos, porque ustedes estarán reforzando y fortaleciendo sus deseos y sueños, lo cual incluye a la conciencia masiva de una comunidad.
Por esto su mundo está fuera de Sincronicidad, porque está fuera de Sincronicidad con la naturaleza. Llamen a los Devas, pídanles que vuelven, que restauren la vida al suelo y la vida a sus cuerpos. Sin esta fuerza vital, sus cuerpos se pudren y marchitan, y aunque sus células estaban hechas para permanecer jóvenes y nunca envejecer, ahora les falta la fuerza vital para sostenerse.

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